Einstein, aún siendo un niño que no había emitido palabra alguna, estaba cenando con sus padres cuando probó la sopa y dijo: “La sopa está demasiado caliente”. Los padres sorprendidos le preguntaron: “Si hablas tan bien… ¿por qué no lo hiciste antes?”. A lo que el genio respondió: “Porque antes todo había estado en órden”
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