domingo, 15 de enero de 2012
¡Clic! (Steve Jobs)
Una tarde soleada en que no se encontraba demasiado bien, Jobs estaba sentado en el jardín trasero de su casa y reflexionó sobre la muerte. Habló acerca de sus experiencias en la India de casi cuatro décadas atrás, un estudio del budismo y sus opiniones sobre la reencarnación y la trascendencia espiritual. «Creo en Dios aproximadamente al cincuenta por ciento —afirmó—. Durante la mayor parte de mi vida he sentido que debía de haber algo más en nuestra existencia de lo que se aprecia a simple vista». Reconoció que, a medida que se enfrentaba a la muerte, podía estar exagerando aquella posibilidad motivado por un deseo de creer en una vida más allá de esta. «Me gusta pensar que hay algo que sobrevive después de morir —comentó—. Resulta extraño pensar que puedas acumular toda esta experiencia y tal vez algo de sabiduría, y que simplemente desaparezca, así que quiero creer que hay algo que sobrevive, que a lo mejor tu conciencia resiste». Se quedó callado durante un buen rato. «Pero, por otra parte, a lo mejor es como un botón de encendido y apagado —añadió—. ¡Clic!, y ya no estás». Entonces hizo de nuevo una pausa y sonrió levemente. «A lo mejor por eso nunca me gustó poner botones de encendido y apagado en los aparatos de Apple».
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